sábado, 20 de septiembre de 2008

JUNO

AUNQUE EL MONO SE VISTA DE SEDA...

La etiqueta de “cine independiente” que tiempo atrás significó rebeldía, riesgo, autoría y huída de la simple comercialidad ahora se utiliza como una estrategia de marketing más para atraer al público en masa. Calificar Juno de cine independiente y meterla en el mismo saco que Reservoir dogs, Mi Idaho privado, Fargo, Memento o Lost in translation es una osadía cuando no una vergüenza.
Porque Juno - que va de comedia pero jamás hace reír y sus responsables precisan desesperadamente un repaso al cine de Chaplin para enterarse de lo que es el humor – no es más que una “comedia” romántica de personajes falsos que apesta a conservadurismo rancio – una defensa a ultranza de valores católicos, de medias naranjas eternas y el aborto como asesinato.
Lo mejor, de calle, es su inicio con esos títulos de crédito de la protagonista garabateada como dibujo animado que de pronto pasa a ser imagen real, hermosa metáfora de la pérdida de la inocencia de Juno, de su paso de niña de quince años a embarazada por sorpresa. Lo demás es pura manipulación.
Los personajes no se ganan nuestro cariño, más bien son detestables por imposibles; empezando por Juno, ¿que fume en pipa es lo más ingenioso que se les ocurre para que entendamos que es una chica diferente? ¿por qué cuando le dice a sus padres que está embarazada estos reaccionan como si les hubiera pedido dinero para comprar golosinas? ¿y la madre de Juno? ¿hay alguien que no desee patearle el culo por pedorra y pedante? ¿y por qué rompe la dulce pareja feliz que pretendía quedarse con el hijo de Juno? Tienes que creerlo todo, sin más, pero huele demasiado a artificio.
Para más inri, para dar el pego de cine alternativo, Juno se ve asediada sin descanso de música extradiegética – música no justificada en la escena – que cuando se usa sin coherencia como en este caso, resta más que suma y ahoga hasta hundirla.
Comparar Juno con Pequeña Miss Sunshine por ser consideradas las dos “booms indies” de los últimos tiempos es pecado; la primera nos atrapa mintiéndonos y manipulándonos descaradamente, la segunda es una obra maestra. Tampoco admite comparación con 4 meses, 3 semanas, 2 días que también trata del aborto de una chica joven, la magistral película rumana ganadora en Cannes hace de la sencillez una virtud y con poco lo cuenta todo, Juno en cambio está vacía y se olvida tan pronto como se ve. Y es que Juno al fin y al cabo es básicamente un telefilm de antena 3 travestido de cine trascendente .

No hay comentarios: