sábado, 20 de septiembre de 2008

SOY LEYENDA

EL PLANETA DE LOS SIMIOS

Buscamos vida inteligente fuera del planeta cuando deberíamos pensarnos seriamente en buscarla dentro. Desde luego imposible encontrarla en Hollywood - si no anda cerca Spielberg – donde los productores se esfuerzan con éxito cada vez más en darnos menos.
Llegó el momento de aplicar de verdad la maldita censura en el cine, pero no para prohibir memeces morales como hacen los hipócritas y los religiosos – que vienen a ser la misma mierda - sino para aniquilar películas que jamás deberían haber visto la luz porque simplemente ni son películas, ni a eso se le puede llamar cine puesto que no hay el más mínimo rastro de inteligencia humana tras ellas.
Es lo que ocurre con Soy leyenda, que en el sorteo le tocó dirigirla a Francis Lawrence, un videoclipero – y lo digo de la manera más peyorativa que pueda imaginarse – cuyo currículo incluye el bodrio de Constantine y tonterías con la Spears.
Soy leyenda es “no-cine” por cargarse todos los elementos interesantes que hacían de la historia original un material increíble. La estupenda y angustiosa novela de Richard Matheson es mutilada en todo lo que huele a talento: 1) la revisión del mito vampírico es olvidada; 2) la reflexión sobre qué es lo normal y qué es un monstruo – temática seductora y polémica que nos arroja al absurdo concepto del bien y del mal que siempre les interesa inculcarnos – se transforma en la eterna y cansina lucha del héroe – el bien, y desde luego americano – contra la nueva sociedad de infectados – el mal sin más -; 3) el protagonista de la novela es un borracho que ahoga sus penas en whisky debatiéndose entre lo racional y lo pasional mientras que Will Smith es un modelo de revista que a veces pone cara de pena y abstemio porque los héroes no deben vomitar cardhu; 4) el fascinante final de la novela donde el último humano sobre la Tierra entiende su rol en el nuevo mundo y lo asume es rectificado por un final “made in Hollywood” donde el héroe muere sacrificándose por el bien de la humanidad – ¿no es así como mueren los soldados americanos en Irak?
La única pretensión de Soy leyenda es seguir la moda zombie imperante en el cine de acción pero es una copia chabacana y cateta de la sublime 28 semanas después del español Juan Carlos Fresnadillo; y está a años luz de películas postapocalípticas que sí tenían algo que contar como 28 días después, Brazil, 12 monos, Dark city, Terminator, Matrix o Cuando el destino nos alcance.
Muerte al “no-cine”, muerte a los productores con tijeras en las manos que nos atontan y muerte a directores y guionistas que se prostituyen. El cine siempre debe ser ARTE.
En 1968 Franklin J. Schaffner dirigió una obra maestra de la ciencia ficción, El planeta de los simios. Hoy sus predicciones se ven cumplidas, hoy ya vivimos en él.

No hay comentarios: